Jesús perseguido por los judíos, va a la casa de sus amigos, a Betania.

Meditación

I

Con el Domingo de Ramos entramos en el corazón del Tiempo litúrgico. Tiempo en el que celebramos el cumplimiento de la Promesa del Padre, la Salvación; Jesús nos abre el Cielo con la llave del Amor: la Cruz.

Días antes de la Pasión Jesús se dirige a Betania a la casa de sus amigos. Se encontraba Lázaro a quien Jesús había resucitado. Allí Marta le sirve la cena y “María toma un perfume de nardo puro, muy caro y unge los pies del Maestro, los secó con sus cabellos y la casa se llenó del olor al perfume.” (Cfr. Jn. 12,1-3).

(Hagamos silencio contemplativo e imaginemos la escena…sintamos el aroma, miremos a Jesús ungido…)

II

En el transcurso de la historia, Jesús se dirigió a muchas “Betania”… en el Ochocientos  fue al encuentro de una joven marquesa en Verona, que lo dejó entrar a “su casa” y también derramó perfume en sus pies… el perfume de la Caridad y de la Esperanza. Jesús se vistió de pobre para Magdalena de Canossa y en los pies de los marginados y excluidos de la sociedad recibió el consuelo, los cuidados y la dedicación de esta mujer de fe. Así nos enseña la historia de nuestro camino canossiano, el Señor cambió el rumbo de  Magdalena y la de tantos otros que la conocieron, contemplándolo en el Calvario y junto a María, Madre de los ungidos por la Sangre derramada de Jesús en la Cruz.

Hoy, Lunes Santo, Él nuevamente se dirige a Betania. Esta vez a tu Betania, a la mía, y llama a mi puerta y desea sentarse a la mesa…

III

Te escucho Jesús, estás en mi casa. Me gustaría derramar en tus pies “el perfume” de lo que soy y de lo que tengo, con la certeza de que lo recibirás como lo hiciste con María y con tantos grandes amigos tuyos que te descubrieron y honraron con el perfume de sus vidas.

Te pido que me ayudes a reconocerte en los que me rodean, en los cercanos y en los más lejanos… en aquellos en los que más me cuesta reconocerte. Que   también yo pueda abrir el corazón y dejar que sea el lugar, la casa, que comparta con todos el aroma de la Caridad y de la Esperanza…