Un testimonio de alegría canossiana

Mi nombre es Silvana Salinas. Soy de La Plata, del barrio de Los Hornos. Soy exalumna canossiana, del Instituto Magdalena de Canossa de Los Hornos. Y ahora docente en la misma escuela.

A través de estas líneas y en este mes especialmente canossiano, quiero agradecer los frutos de este carisma en mí, cumplo 25 años como docente pero toda mi vida estuve inmersa en esta obra…

Recordar las palabras de Magdalena para entender mi fe… ella habla del amor de DIOS como un “fuego que se dilata cada vez más y trata de abrasarlo todo”, eso despertó en mí este carisma: un fuego que enciende ,que apasiona, que nunca me deja quieta. Por cierto ,cuando les hablo de mi fe, pienso inmediatamente en un color que la identifica y elijo el color “gris “… no porque mi FE sea apática o impasible , o porque sea tibia o aburrida (solemos relacionar ese tono con estos sentimientos o estados de ánimo), todo lo contrario, sino que cuando hablo del gris ,digo que mi fe lleva el color del hábito de mis queridas madrecitas canossiana. A ellas que moldearon mi vida, que hicieron el sueño de Magdalena de “ser polvo para llegar a tantas almas” a ellas que llegaron hasta mí, a ellas… les debo tanto…

Este mes de la Virgen Dolorosa, que contrariamente a su nombre, siempre fue una fiesta, es de una inmensa alegría el contemplar el amor de María al pie de la cruz , que en medio de tanto dolor me recibe como hija ,esa misma alegría con que cada madre canossiana recibe y acompaña a sus alumnas desde el jardín (digo alumnas porque en mis comienzos sólo éramos mujeres en el colegio) despertando una verdadera devoción por María Dolorosa y por JESUS Crucificado
Crecí viendo a María como puente que me lleva A JESUS ,un puente móvil y colgante que muchas veces se mueve ,me acerca a otras orillas, a otras realidades ajenas a las mías , a otros lugares donde “Jesús no es amado porque no es conocido“ … entonces las madres canossianas siguiendo la voz de Magdalena me hacen sentir que “el celo por las almas devora “ y me invitan a ser catequista de la parroquia en un barrio, en plena adolescencia, y con los riesgos que todo joven debe saber afrontar me sentí cuidada y protegida por MARIA.

Y ASI fui proyectando mi vida, me recibí de docente, formé mi familia con mi esposo Hugo, tuvimos un hijo: Valentín. Nos casamos un 15 de septiembre, el día de la Virgen Dolorosa. Sigo llevando en cada paso este amor de María, que anima, que irradia, que es servicio y busca la gloria de DIOS.

Volví al Instituto Canossiano como educadora, un lugar del que en realidad nunca me fui….un lugar en el que fui granito de mostaza, ese que desde toda la eternidad EL SEÑOR lo pensó para mí, donde sobreabundan los detalles en cada tiempo litúrgico y las madres se encargan de recordarme que DIOS me ama infinitamente y la Cruz es el signo más claro de ello, un lugar donde también surgieron obstáculos pero con una vía segura porque “quien se apoya en María todo lo obtiene”

Sólo me resta un vez más decir ¡¡Gracias por todo lo que he recibido

¡¡Me siento bendecida, abrazada y abrasada en este hermoso carisma canossiano!!

Silvana Salinas
1976 a 1985 alumna canossiana
1986 a 1995 exalumna canossiana
1996 a 2021 docente canossiana