En la escuela de María Dolorosa aprendo

Mis hermanas me han invitado a compartir una experiencia partiendo del disparador: En la escuela de María Dolorosa aprendo…

El corazón, la mente y el afecto se pueblan de una palabra, una realidad, una experiencia que me identifica y me proyecta. En la escuela de María Dolorosa aprendo a SER HIJA.

Comparto esta vivencia arraigada en un versículo del Evangelio, “Tu eres mi Hijo muy amado” (Mc1, 10) que evoca un momento central en la vida pública de Jesús en el que le es revelado hondamente quien es Él, y actualiza mi vocación.

En la escuela de María: porque la reconozco como “una Maestra” paciente que acompasa mis procesos lentos, vitales, fecundos, no lineales, comunitarios y cotidianos.  Y con la pedagogía de una Madre busca y se las ingenia para “hacer arder mi corazón” en camino.

Aprendemos:  este camino es fraternalmente compartido.  En las situaciones cotidianas aprendo caminando con otros     el modo de Jesús, cuidando la vida con gratuidad y alegría. Aprendo con y de María a abrazar  el misterio de la vida tejido de gozos, luz, dolor y pascua.

A ser HIJA: “Soy hija muy Amada”, no soy lo que hago, no soy lo que la gente cree de mi.  Esta es mi identidad espiritual, el espacio donde experimento un amor incondicional  que me acepta y recrea, me capacita  para recibir y dar  amor, me sana y reconcilia,  me anima y fortalece, me consagra y envía viviendo  como Hija y sierva, como madre y hermana para que otros descubran la honda alegría de SER HIJOS MUY AMADOS.

 

Madre Gabriela Oviedo
Encarnación, Paraguay