No sé cuándo ni cómo fue

No sé cuándo ni cómo fue, sólo Te descubrí a mi lado,
aferrando mis manos para dar un paso a la vez,
hasta que aprendí de Vos que sólo basta decir que Sí,
no una vez, sino cada vez.
Te descubrí y me descubro de pie, porque así te contemplo, contemplando al Amor;
porque así me invitas a estar con Vos.
Mucho me falta por aprender
para estar, como Vos, donde están tus hijos, escuchando, siempre atenta,
siempre pronta tendiendo una mano;
para dejarme abrazar por Su Misericordia y así abrazar sin medida.
En tu escuela, eres Madre y Maestra; docilidad, es la palabra que susurra el Espíritu, es apertura que no se termina de aprender.
En tu escuela, sueles desaparecer para que nuestra mirada esté siempre puesta en Dios y no te cansas de repetir: «Hagan todo lo que ÉL, les diga». 

 

Madre Margarita Choque
Quequén, Buenos Aires