Reunirnos, caminar, adorar… nos llena de alegría…

El próximo domingo 23 celebraremos la Solemnidad de Corpus Christi, el Santísimo Sacramento se presenta para la adoración y la meditación del pueblo de Dios, se lo lleva en procesión por las calles de las ciudades y de los pueblos, para manifestar que Cristo resucitado camina en medio de nosotros y nos guía hacia el reino de los cielos.

Lo que Jesús nos dio en la intimidad del Cenáculo, este día lo manifestamos abiertamente, porque el amor de Cristo no es sólo para algunos, sino que está destinado a todos.

La Iglesia nos enseña que el significado de esta solemnidad lo encontramos en la celebración misma, con el desarrollo de sus gestos fundamentales: nos reuniremos alrededor del altar del Señor para estar juntos en su presencia; luego, tendrá lugar la procesión, es decir, caminar con el Señor; y, por último, arrodillarnos ante el Señor, la adoración, que comienza ya en la misa y acompaña toda la procesión, pero que culmina en el momento final de la bendición eucarística, cuando todos nos postremos ante Aquel que se inclinó hasta nosotros y dio la vida por nosotros.

El Corpus Christi ante todo nos recuerda que ser cristianos quiere decir reunirse desde todas las partes para estar en la presencia del único Señor y ser uno en él y con él.

La procesión del Corpus Christi nos enseña que la Eucaristía nos quiere librar de todo abatimiento y desconsuelo, quiere volver a levantarnos para que podamos reanudar el camino con la fuerza que Dios nos da mediante Jesucristo.

La adoración es oración que prolonga la celebración y la comunión eucarística; en ella el alma sigue alimentándose: se alimenta de amor, de verdad, de paz; se alimenta de esperanza, pues Aquel ante el cual nos postramos no nos juzga, no nos aplasta, sino que nos libera y nos transforma.

Celebramos que la fuerza del sacramento de la Eucaristía traspasa los muros de nuestras Iglesias. En este sacramento, el Señor está siempre en camino hacia el mundo. Nuestra misión es dar lo dado, dar a Cristo en nuestra vida, responder al “Denles ustedes de comer”

Sigamos preparándonos a esta hermosa celebración con Santa Magdalena y dos miembros de nuestra familia canossiana.

 

 

 

Santa Magdalena, del Pan de Vida al Pan del Amor

En la primera carta de dirección espiritual del Padre Líbera a Magdalena, cuando ella tenía dieciocho años, le indica cinco visitas al Santísimo Sacramento por día, en su habitación cuando no le fuera posible salir de casa, estando quince minutos espiritualmente en presencia del Augustisimo Sacramento.

En 1792 el Padre encuentra ya en Magdalena una devoción a la Eucaristía fuertemente arraigada a una profunda fe, próxima a florecer en una genuina caridad; su misión consiste en orientar, estimular y alimentar este impulso eucarístico en el corazón de la joven marquesa.

Las visitas al Divino Sacramento son para Magdalena momentos vitales en su jornada, momentos que ella multiplica por una íntima e irrenunciable exigencia que, de espiritual y afectiva llegará a ser “física” y esto durante toda su vida; Magdalena no puede apartarse mucho tiempo del Sol que la ilumina y la hace fecunda.

La piedad eucarística de nuestra santa se fortalece aún más en la comunión sacramental frecuente, novedad para el tiempo histórico en el que los fieles no podían acceder fácilmente a la comunión diaria.

En las Memorias encontramos minuciosas descripciones de los favores “eucarísticos” que ella recibe después de haber comulgado.

“…otra vez, durante la Comunión, me encontraba abatida por el temor que algunas tribulaciones previstas pudieran derribar la Obra, el Señor me hizo conocer claramente que esta es la mayor prueba, la Obra es de Dios cuando tiene tribulaciones; y que no temiera por esto, porque nada puede derribar la Obra de Dios” Mm. pág. 152 nº15 El clima litúrgico- eucarístico ilumina y favorece su oración y su acción.

Llamada a convertirse en “sierva de los pobres”, el “Pan de Vida” hará crecer en ella el amor a Dios y el amor a los hermanos, según la expresión del Padre Líbera será en ella el “Pan del Amor”.