Un corazón apasionado por sus hijos
¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡Yo no te olvidaré! (Isaías 49,15)
Al comenzar este año, se nos presenta un tiempo favorable, que no puede ayudar a encontrar el centro de nuestra vida y de todo lo que hacemos. Quizás estés necesitando armarte de fuerza interior para los nuevos proyectos y desafíos. Animo, tenemos al Padre Dios que está velando día y noche, esperando que se abran los corazones para derramar su gracia.
Si fuéramos conscientes de que Dios se ha especializado en amarnos, en entendernos, en socorrernos, en buscarnos la vuelta… lloraríamos de gozo, suspiraríamos de consolación, nos llenaríamos de valentía y de entusiasmo en la misión que nos toca cada día. Porque…
Si hay alguien que ama de verdad, ese es Dios.
Si hay alguien que ama gratuitamente, ese es Dios.
Si hay alguien que ama aun cuando no es amado, ese es Dios.
Si hay alguien que está apasionado por sus hijos, ese es Dios.
Si hay alguien que es capaz de todo para demostrar el amor, ese es Dios.
Si hay alguien que es digno de amor, ese es Dios. Solo Dios. Dios que se apasiona por sus hijos.
¿Quién sino Él es capaz de identificarse con nuestras miserias y salvarnos de ellas, quién sino Él entrega el aliento de vida cada mañana a cada ser viviente, quién sino Él nos ama cuando le damos la espalda y lo acusamos de toda clase de maldad y desgracia, quién seguiría soportándonos sino Él, quién nos esperaría toda una vida sino Él?
Y aun cuando nosotros seamos capaces de algún heroísmo por amor, no llegaríamos a su medida, porque la medida del amor es Dios, porque Dios es amor (1 Juan 4,8).
¡Animate a hacer experiencia de ese Amor!¡Se apasionado del Amor que no pasa!
Durante este tiempo de cuaresma pongamos nuestra mente, corazón, alma y espíritu en sintonía con el Amor Verdadero; y pidamos poder amar al Padre con el mismo Corazón de Jesús.