Ciencia, fe y Covid 19

Antes que nada corresponde que me presente, mi nombre es Jesús Tomas Ignacio Gianni y soy profesor de Física de 4to año en el instituto Canossiano San José de la ciudad de Berisso, o como se me llama de forma afectuosa entre los estudiantes “El pelado de Física”.

En mi rol docente intento despertar y alimentar el interés por la ciencia en mis estudiantes. Es realmente apasionante cuando esto sucede, amo cuando surgen preguntas que nacen desde su imaginación como por ejemplo cuando preguntan: ¿qué pasaría si la tierra se detiene? o ¿qué es lo que nos “ata” al sol? Muchas veces esto produce una especie de debate, en donde se genera un interesante ida y vuelta entre ellos. Y noto, con cierto orgullo, que esto sucede porque logran relacionar los temas que estamos trabajando, sus propias experiencias y conocimientos, formulando hipótesis para responder las inquietudes de su compañero/a. Las cuales no siempre son correctas, pero sí sumamente valiosas.

Como es de público conocimiento, el contexto de la pandemia nos interpela como educadores. La imposibilidad de compartir un espacio físico en dónde plantear estos “debates”  hace que busquemos otras herramientas que nos permitan mantener encendida la llama de la curiosidad. En mi caso utilizamos aulas virtuales (classroom), en ellas  compartimos TP, consultas, apuntes y alguna que otra de estas “preguntas locas”, las cuales reservo para las conferencias vía Zoom y las planteo respetando el anonimato del autor.

Una de las preguntas que surge todos los años es la siguiente: “Profe, ¿crees en Dios? Porque vos sos profe de Física, es medio raro que seas creyente y a la vez enseñes ciencias”. Este año no fue la excepción, una alumna me envió esa pregunta. Mi primer respuesta es siempre la misma, no soy el primer creyente que se dedica a las ciencias duras, podríamos nombrar a Copérnico (Monje y autor de la teoría Heliocéntrica), Greegor Mendel (Sacerdote y Genetista), Georges Henry Joseph Édouard Lemaître (sacerdote y creador de la teoría del Big Bang) y no podemos dejar de nombrar a nuestro referente, el Papa Francisco, que además de ser argentino y máximo exponente de nuestra iglesia es técnico químico. La lista incluye a un sinfín de genios que con sus investigaciones cambiaron de forma positiva a la humanidad. ¡Ojo! No me estoy comparando con semejantes próceres de la ciencia, simplemente quiero demostrar que una cosa no debe ser excluyente de la otra. Los que compartimos estas dos maneras de explicar el mundo entendemos que la única diferencia que existe está en el lenguaje, prueba de esto es leer el Génesis, un libro que tiene aproximadamente 3.500 años, y las teorías actuales sobre el origen del universo y la evolución. Como educador les puedo asegurar que si tendríamos en cuenta al público de aquella época y les quisiéramos explicar el origen de la vida a partir de un caldo primitivo compuesto por hidrógeno, nitrógeno, carbono, etc, no entenderían de qué les estamos hablando. La manera más sencilla de que entendieran sería definir esa masa desde su aspecto a simple vista, ¡barro! De allí Dios hizo la vida y al igual que en la teoría de la evolución, la vida fue avanzando de organismos de menor complejidad hasta llegar al ser más complejo, el ser humano…. ¡Y sí que somos complejos! No me quiero extender más en este tema, porque no es la finalidad del artículo, abajo les dejo mi mail para aquellos interesados en continuar con estas similitudes.

Como vemos, Dios siempre acompañó a la humanidad en su desarrollo, él nos dio el libre albedrío para que nos conozcamos y afrontemos los problemas que nosotros mismos nos generamos, un claro ejemplo de esto es la situación por la que estamos atravesando. Dios no creó este virus ni mucho menos lo propagó, fuimos nosotros los que de alguna manera produjimos esta situación, pero Él nos dio las herramientas para combatirlo:

-La primera es el AMOR, “amar al otro al como a nosotros mismos”, porque cuando usamos el tapabocas no prevenimos nuestro contagio, en realidad estamos cuidando al otro impidiendo que nuestras partículas de saliva cargadas con el virus lleguen a él. Este amor es lo que motiva a nuestros médicos, policías, productores agrarios, y demás trabajadores esenciales a levantarse todos los días y cumplir sus funciones enfrentando el temor y los riesgos.

-Otras herramientas son el PERDÓN y la UNIÓN, porque si los que nos gobiernan se aferran a ellas, la comunicación y las políticas de prevención son más eficientes. Es primordial que en esta época tan difícil, busquemos lo que nos une y no lo que nos diferencia, sólo de ese modo podremos sobrellevar esta situación de crisis que nos involucra a todos.

-Y por último, Dios nos otorgó la FE y la ESPERANZA, puesta ahora en nuestros científicos que están trabajando en la tan esperada vacuna. Estos fueron bendecidos con el don del amor por el saber y el bienestar de la humanidad… Aquí me quiero detener, es sumamente importante nuestra fe en ellos para que puedan lograr su cometido. Debemos colaborar y apoyar sus investigaciones en todo lo que podamos, quien les habla es voluntario para  una de las vacunas en etapa de prueba, ¿Por qué lo hago? Primero: tengo fe en ellos; segundo: me motiva el amor que tengo por mi hija, mi esposa, mis padres, mis hermanos, mis alumnos, mis amigos y mis colegas.

Recordemos lo que Jesús nos enseñó, amemos al otro como a nosotros mismos, perdonemos y estemos unidos porque el remedio está allí, al alcance de todos nosotros.

Para finalizar me dirijo a aquellos que no son creyentes, quiero pedirles que tengan fe en la humanidad, porque aunque no lo vean, creyendo en la  creación más maravillosa de Dios están creyendo en Él.

Y me despido de uds como saludo siempre a mis alumnos:

¡Les mando un abrazo gigante a todos y vamos que falta menos!!!

P.D.: Espero que a mi alumna y a ustedes les haya gustado mi respuesta.

 

Jesús Tomas Ignacio Gianni
Prof. De Física creyente.